sábado, 1 de marzo de 2014

Mi primera vez... con la acupuntura

  Para mi cumpleaños el año pasado me regalaron una Smartbox, en la que la mayoría de actividades las podía hacer en pareja, esto está muy bien, así puedes "engañar" a alguien para que te acompañe. Tras, una dura deliberación sobre qué escoger, decidí apuntarme a un pack en pareja, de quiromasaje con auriculoterapia.

  Yo iba al quiromasaje, porque de la auriculoterapia no tenía ni pajotera idea. Entonces me explicaron que era una técnica de acupuntura aplicada en la oreja. Debo ser sincera, y deciros que no creo en este tipo de técnicas, por el hecho de que no están probados científicamente sus resultados. Es más, soy de las que cree que el poder del cerebro nos cura más que, por ejemplo, las "efectivas" flores de bach.



   Continúo con mi idea de que este tratamiento era un mero trámite para acceder al que yo quería, un buen masaje descontracturante de espalda. Estamos ya en el centro donde se realizan los tratamientos. Me quedo en la camilla estirada, y me dice la chica que "le cuente", ¿que le cuente qué? Ah sí, que le diga algún mal para clavarme la agujita. Le cuento algo real, lo típico que no tengo un sueño reparador normalmente, y la chica me hace una serie de preguntas al respecto, y sobre otras posibles dolencias. Resultado: me va a clavar tres agujas en cada oreja. Cierto es que me dio a elegir si quería,  una o las dos, y yo, como una valiente le digo que las dos.

   Imaginaos de fondo el tema principal de la película de Psicosis cuando me clava la primera aguja, ¿pero esto qué es? Dolor pánfila, eso es dolor. Pero empezó con la derecha, cuando fue a por la izquierda, me la acuchilló con la ajuga, si eso pudiera existir, ¡no sabía que teníamos tantas terminaciones nerviosas! Pues menos mal que yo aguantaba bien las agujas. Y allí media hora con las agujas puestas, y después me pregunta si me han relajado, si sufrir un pequeño dolor constante en la oreja es relajarse, entonces sí. Pero yo ni relajación ni curación. Hoy he dormido igual que ayer, y antesdeayer.

   Finalmente, con el quiromasaje acabé hecha polvo, pero ese sufrimiento ya lo tenía asumido, era totalmente consciente. La conclusión es que "llegué, vi y sufrí", y todo con un regalo, ¿no sería que todo era un complot inducido para ello? La próxima vez que le vaya a hacer uno de mis cupcakes a la persona que me hizo este regalo, voy a pensármelo dos veces, ¿no creéis?









2 comentarios:

  1. Espero eso no sea de mi regalo de cumple... Además, la "culpa" sería tuya por la elección, no?? ;) •lau•

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  2. Ja ja, noo, esta vez fue regalo de la familia... el tuyo fue disfrutado sin dolor alguno :)

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