jueves, 6 de marzo de 2014

Pánico en la peluquería

 Cuenta la leyenda que un día una chica con el pelo largo fue a una peluquería, dijo que sólo quería que le cortaran la medida de un par de centímetros de largo y...¡le cortaron sólo ese par de centímetros! Pero nunca se ha sabido quién es, ni de qué peluquería estamos hablando, hasta hoy.

  No me crees, evidentemente es una de las leyendas urbanas más propagadas que existen, pero si yo te digo que es verdad, créetelo. ¿Por qué? Porque yo he sido una errante de las peluquerías, un alma en pena buscando mi media naranja en el mundo de las tijeras y los secadores.

  Mi pelo es un rasgo básico de mi identidad, si no, miradme en mi perfil de Facebook o mi Twitter, soy todo volumen pelirrojo hoy por hoy. Con este pedazo de pelo rizado me ha costado lustros encontrar una peluquería en la que me sepan cortar y peinar el pelo. Entiendo que es un desafío, pero ¿de verdad las peluqueras de medio mundo no se enteran cuando pedimos que nos corten un par de centímetros? ¿O que no quiero que me alboroten el pelo porque mi volumen natural supera a la pantera rosa recién salida de la secadora? Esta es mi reivindicación de hoy, ya está bien, que el cliente es el cliente.

   Así que, con todo mi orgullo os puedo decir que mi peluquería es Hair Up porque saben lo que hacen, y son unas verdaderas profesionales.



   Estoy encantada de ir allí desde hace algunos años y voy a seguir haciéndolo. Por cierto, hoy que he ido me han dejado monísima. ¿A que sí?


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