Cumpleaños ¿feliz?

  Hoy es mi cumpleaños (¡bien otro más!) y, aprovechando el evento, quería hablar sobre el tema. Es curioso como un día tal tendría que ser motivo de celebración y alegría, y no obstante, en muchas ocasiones no lo es.

  Las ganas de celebración se tienen, sobre todo, en la infancia y la adolescencia. La expectativa de regalos, de fiesta, y el acercamiento a la edad adulta nos llenan de entusiasmo. Los hay que seguimos teniendo ganas de cumplirlos, porque realmente es algo bueno, significa que estamos vivos y seguimos hacia adelante.

  Sin embargo, existen muchos motivos que hacen que, a veces, se nos quiten las ganas. De entre todos, quisiera destacar el de tener consciencia del envejecimiento, y lo negativamente que nos afecta. Sólo los humanos somos capaces de pensar en cuestiones futuras, así que, sólo nosotros podemos anticipar el envejecimiento.

  Me gustaría dar una nota de positividad y decir que el hombre, para ser un poco más feliz, tendría que disfrutar de los pequeños placeres de la vida y la celebración del cumpleaños es uno de ellos. ¿Quién pensáis que disfruta más: la persona que sólo es feliz cuando consigue grandes metas, o el que ya disfruta en el camino, con las cosas cotidianas? Está claro.

  No hay que pensar en lo mal que estamos, en los achaques, los problemas, o la tristeza, estos factores siempre nos acompañarán de un modo u otro, ¿por qué malgastar el tiempo en cosas que no podemos modificar? ¿No es mejor y más fácil cambiar de actitud? Voy a envejecer, y quiero hacerlo lo mejor posible, tampoco voy de Cándido por la vida, pero quiero pensar que siempre podré poner una nota de color en cada cumpleaños. Por supuesto, el de los 31 ya la tiene.