A propósito del día internacional de los zurdos, que fue el
13 de de este mes, se me ha ocurrido escribir un artículo sobre nosotros. Cosa
extraña en mí, que no lo había hecho hasta ahora.
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La primera idea ha sido lanzar mi indignación cual tenor en
una ópera, y rasgarme las vestiduras por seguir viviendo en pleno siglo XXI en
una sociedad que no nos hace apenas caso, porque somos el 10% de la población total: uy que eso son aproximadamente unos 730 millones de personas en el mundo. Aunque mejor eso que el que te quemen
en una hoguera por utilizar la mano del diablo (que, por cierto, ya no lo es).
Sin embargo, dicho esto, quiero hacer otra reflexión más
allá: ¡qué bueno es ser zurdo! Pero, ¡qué maravilloso es ser ambidiestro! Y
esto viene a que yo soy zurda de alma y corazón, con instintos diestros, a
saber: escribo y como con la izquierda, mi mano habilidosa, y hago las
maniobras que requieren fuerza con la derecha, también chuto la pelota con la
pierna derecha.
Ahora los educadores defienden a ultranza que se deje
libertad a los niños para que se decanten por sí mismos a un lado o al otro.
Estoy de acuerdo y, ser zurdo tiene sus ventajas por el simple hecho de que
debemos adaptarnos a un mundo de diestros, desarrollamos ciertas habilidades. Aunque
no está de más que se les enseñe a utilizar las dos manos o los dos pies, por el simple hecho de que
los beneficios se multiplican. Y yo puedo dar fe de ello, hasta cierto punto.
Para muestra un botón, aprendí a utilizar el ratón con la
mano derecha cuando mi hermano (diestro) se compró su primer ordenador. Una
persona 100% zurda hubiera intentado cambiar el sistema de teclas de primeras,
yo me adapté sin esfuerzo. Pero esto sí que lo tengo que decir: ¡odio las
tijeras para diestros! En lo más profundo de mí, qué malos ratos he pasado por
ellas, porque nunca nadie me dijo que si me costaba tanto cortar era porque las
tijeras habituales no estaban hechas para ser utilizadas con la mano izquierda.
Enseñemos a las futuras generaciones que la libertad de
decantarse por un lado no está reñida con la habilidad para aprender a utilizar
los dos. Nadie es totalmente zurdo o diestro.
Para finalizar, ¿queréis saber un secreto sobre los zurdos
que nadie os ha contado jamás? En el fondo nos encanta ser minoría, puesto que nos
creemos más especiales, ah y también que un día conquistaremos el mundo, advertidos
quedáis ja ja ja (léase aquí una risa de Cruela Devil).