jueves, 27 de febrero de 2014

"And the Oscar goes to..."

  Como cada año se acerca otra de esas fechas especiales para marcar en el calendario y no, no es vuestro aniversario cuya fecha olvidas después de taaantos años, sino la ceremonia de los Óscar. Las apuestas van servidas, y deseamos ver a las estrellas de Hollywood desfilar por la alfombra roja, y yo reflexiono: "qué dura es la vida del nominado". Me diréis que estoy loca, pero no, pensadlo fríamente.


   El nominado, para empezar, tiene que estar estupendísimo, y si es mujer la presión ya es brutal, que si peluquería, maquillaje, días antes alimentándote a base de aire para caber en ese vestido monííísimo, pero tan ajustado que si estornudas lo rajas, que si tratamiento para la piel, ojo que hay que quitar esas arruguitas en el escote, o en el tobillo, o en el interior del dedo índice porque, sabes que será así, te van a mirar con lupa hasta lo inimaginable. La gente tiene ansia de ver, saber, hablar y criticar. Y a esas estrellas las alzarán o las destrozarán al día siguiente en todos los medios, y sólo estoy hablando de la apariencia.

   Pasemos al intríngulis de la ceremonia. Ahora con ese vestido estupendo vas y te sientas en la butaca, como si estuvieras cómoda, sin romper el vestido, y en una postura totalmente natural (me viene a la cabeza esa canción de circo que todos tarareamos). Espera, espera que está lo mejor por venir. Cuando anuncian las candidaturas a un premio, esas caras de entusiasmo en un segundo, y al siguiente, como hayan dicho otro nombre que no sea el tuyo, una sonrisa pétrea que ni el bótox es tan eficaz. Porque encima tienes que parecer encantada, ¡acabáramos!

   Así que, yo me imagino a los candidatos tras la ceremonia, sobre todo los que no han sido agraciados con el premio del caballero desnudo, que están hasta los mismísimos de todo el paripé, echándose en la cama, para notar algo cálido, sin presión, con unas sábanas calentitas que les abracen y en la oscuridad del anonimato, intentando dormir para olvidar un mal sueño. ¡Qué duro es estar nominado al Óscar! Yo, por si acaso, no me meto a actriz, no vaya a ser que me nominen.

   ¿Y vosotros qué opináis ahora?






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