Yo, Asunción Martín, nacida en Barcelona, confieso y expongo
a continuación que:
Llevo practicando la onicofagia
desde que tenía unos 8 años aproximadamente.
Parece que cuando
hablamos de onicofagia estemos confesando un crimen cuando, en realidad,
habría que estudiar las causas. Se dice que es una manía que adquirimos de
niños o adolescentes, pero que suele disiparse después. ¿Y qué pasa con los que
seguimos con ello? Pues recomiendan que nos vea un terapeuta, porque se
convierte ya en un trastorno maníaco-compulsivo.
Os voy a hablar de mi
caso, como decía antes, me llevo mordiendo las uñas desde bien pequeña, y ahora tengo casi 31 años. He hecho de todo para intentar dejarlo:
ponerme esmalte de uñas, un líquido amargo que venden en farmacias, picante,
incluso llevé unos meses uñas de porcelana para dejar crecer las mías. Nada,
todo fallido.
Hace un par de años, para la boda de una amiga, me hice el
firme propósito de dejarme las uñas crecer, a base de mucho esfuerzo lo conseguí, durante unos seis meses (todo
un récord), el cómo os lo explicaré en una próxima entrada, pero finalmente
recaí en la manía.
Este enero me hice el firme propósito de volver a intentarlo
en serio, pero sin un objetivo, sino dejármelas
crecer por salud y por estética. Y cuando digo salud me refiero también a
la mental. En mi vida, me he mordido las uñas de forma enfermiza por cualquier
motivo, frustración, ansiedad, nervios,
por hacer algo con las manos, y en casos tan absurdamente tranquilos como estar
viendo una película o leyendo un libro.
Como esto es toda una hazaña, os iré contando mi trayectoria y si lo voy
consiguiendo, junto con mis pequeños trucos para cómo dejar de morderse las uñas. Así, espero aportar un poco de
esperanza a aquellos que estáis en mi misma situación.
Contadme vuestra experiencia, así ayudaremos un poco más a
los demás…
No hay comentarios:
Publicar un comentario